viernes, 26 de agosto de 2011

El coronel Kadafy no tiene quién le escriba

En diciembre de 2001, a horas de la caída del presidente Fernando de la Rúa, Antonio, hijo del desafortunado mandatario, comparó, según una crónica periodística, la crisis terminal del gobierno de su padre con la caída del presidente Arturo Illia en 1966. Un integrante del equipo de De la Rúa habría contestado a Antonio en los siguientes términos: "A Illia lo volteó Onganía, Antonito. ¿No entendés que a nosotros nos está echando el pueblo?" Como Hipólito Yrigoyen, Arturo Frondizi y Arturo Illia, víctimas ilustres del golpismo, De la Rúa provenía del partido fundado por quienes habían ayudado al pueblo a voltear al presidente Miguel Ángel Juárez Celman en 1890, sin por ello instaurar las dictaduras instauradas con los derrocamientos de Yrigoyen e Illia. A 110 años del  surgimiento del radicalismo, De la Rúa corría, paradójicamente, la misma suerte que Juárez Celman, mandatario aborrecido, entre otros argentinos, por Leandro Alem, fundador del radicalismo. La de ser un presidente exonerado por su propio pueblo.
     
Miguel Ángel Juárez Celman

Revolucionarios del Parque (1890)

Leandro Alem
 
Primera asunción presidencial de Hipólito Yrigoyen (12 de octubre de 1916)
Arturo Frondizi tapa de Time

Derrocamiento del presidente Arturo Illia (28 de junio de 1966)
Dictador Juan Carlos Onganía


Presidente Fernando de la Rúa
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De la Rúa abandona la Casa Rosada en el helicóptero presidencial, tras renunciar a su cargo (20 de diciembre de 2001)



Diez años después, a miles de kilómetros de la Argentina, un veterano dictador libio, el coronel Muammar Kadafy, se encuentra en similar situación. Exonerado por su propio pueblo, que no sabe dónde está, pero sí que no quiere que vuelva al poder.

Coronel Muammar Kadafy
 Como al coronel de Gabriel García Márquez, a Kadafy nadie le escribe. Al coronel de García Márquez sabían dónde escribirle. Por lo menos lo sabía el gobierno colombiano, que le debía una pensión de guerra hacía al menos medio siglo. Al coronel Kadafy nadie le escribe porque nadie sabe dónde escribirle. Y, al parecer, es un hombre rico y, a diferencia del coronel de García Márquez, no necesita una pensión militar para no morirse de hambre en su incipiente vejez.

Gabriel García Márquez
   
 
Portada de la novela El Coronel no tiene quién le escriba, de
Gabriel García Márquez

La Revolución del Parque y los sucesos del 20 de diciembre de 2001 acabaron con las carreras políticas de Juárez Celman y De la Rúa. La entrada de los rebeldes antikadafistas a Trípoli se perfila como el fin de la carrera política de Kadafy, versión libia de Juárez Celman y De la Rúa.
   


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