David Suchet como Hercule Poirot |
En los últimos tres decenios, muchos argentinos, padres de hijos en edad escolar, parecen haber decidido, por así decirlo, su regreso a esos Meadowbrooks otrora aparentemente situados en la escuela estatal y hoy presuntamente desplazados a la escuela privada, fenómeno privatizador supuestamente extendido a la educación superior. En el telefilme emitido por Film & Arts, los adinerados padres de las alumnas de Meadowbrook retiran comprensiblemente a sus hijas de una escuela asolada por asesinos, ladrones de joyas y conspiradores políticos. En la Argentina actual, muchos padres, ricos o no, retiran comprensiblemente a sus hijos de una escuela estatal asolada por pavorosos índices de inseguridad física y ausentismo de personal y alarmantes tasas de deserción, repitencia, reingreso y fracaso estudiantiles, amén de un activismo sindical-docente y político-estudiantil no siempre favorable a la institución educativa estatal. En la Argentina actual, muchos jóvenes optan comprensiblemente, por motivos similares, por matricularse en universidades privadas, evitando, preventivamente, frecuentar unas universidades públicas presuntamente damnificadas por una generalizada situación de deterioro aparentemente brillante por su ausencia en la escuela y universidad privadas, donde, al menos, parece poder pretenderse que se dicte clase todos los días. Yo no soy ajeno a dicha situación. Estoy actualmente en uso de la licencia médica solicitada por quien suscribe a causa del desgaste psicofísico producido a quien les habla por un bienio de azarosa labor educativa en el ámbito estatal. Por dicho motivo, estoy considerando seriamente, muy a pesar mío, la posibilidad de renunciar definitivamente a esa actividad.
No entro a discutir dónde están los actuales Meadowbrooks argentinos. Pero, asumiendo que lo estén en la escuela y universidad privadas, no es del todo desacertado postular un regreso a Meadowbrook en la Argentina actual. Y mucho me duele escribirlo. Porque la Argentina bien podría autoeximirse de la apestosa privatización forzada de algo tan público como la educación. No le faltan recursos para ello.
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