jueves, 17 de noviembre de 2011

Marca de respetabilidad

En 1986, mi padre se inscribió en un curso intensivo de inglés, cuyo libro de texto narraba las divertidas peripecias de un inventor no británico empecinado en lograr que los fabricantes de los remilgados paraguas ingleses aceptaran fabricar un paraguas inflable ideado por su excéntrico interlocutor y resistido por los paragüistas británicos, renuentes a confeccionar "esa especie de globo" en vez de paraguas derivados de "siglos de investigación" y definibles como una "marca de respetabilidad" y "signo caballeresco". Finalmente, el singular inventor lograba imponer su peculiar creación entre el público inglés.
Mi padre compartía conmigo la entretenida historia anglófona catorce años después de la apertura del célebre paraguas de José Ignacio Rucci sobre la cabeza de Juan Domingo Perón, asolada por las lluvias abatidas sobre el Aeropuerto Internacional de Ezeiza en la mañana del 17 de noviembre de 1972, cuando el ex presidente ponía fin a diecisiete años de exilio. El paraguas de Rucci no era inflable. Casi cuarenta años después, los paraguas inflables siguen sin existir. Tampoco era el paraguas de un aristócrata inglés, que el sindicalista peronista distaba de ser.  El paraguas de Rucci podía proteger de la lluvia la cabeza de Perón, pero no proteger a Rucci de las balas responsables de su asesinato, perpetrado el 25 de septiembre de 1973. Tal como el cuerpo de Enzo Bordabehere no podía evitar el asesinato de Lisandro de la Torre sin exponerse a ser herido o ultimado, salvo que tuviese puesto un chaleco blindado.
El paraguas de Rucci no podía contener la furia política abatida sobre la Argentina del decenio de 1970, tal como el cuerpo de Bordabehere no podía hacerlo en la Argentina de la Década Infame. Pero hay algo indudable: el paraguas de Rucci no sería el paraguas de un aristócrata inglés, pero sí una marca de respetabilidad, como el cuerpo de Bordabehere.

El senador nacional demoprogresista santafesino Lisandro de la Torre asiste al velatorio de su correligionario Enzo Bordabehere, asesinado en pleno recinto senatorial el 23 de julio de 1935

  José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, recibe al ex presidente  Juan Domingo Perón en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la mañana del 17 de noviembre de 1972










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