domingo, 30 de octubre de 2011

Día de domingo

El domingo 30 de octubre de 1983, hace hoy 28 años, el electorado argentino acudía a las urnas tras haber estado diez años sin poder ejercer regularmente su sagrado derecho de voto. Al reingresar al cuarto oscuro tras una década de sangriento paréntesis, el votante argentino clausuraba su más traumática era histórica. El voto masculino y obligatorio había sido reglamentado en 1912, tras casi un siglo de irregulares prácticas comiciales; su versión femenina, en 1947, tras casi medio siglo de lucha sufragista. Pero, durante más de cincuenta años, millones de argentinos habían visto esas conquistas históricas malogradas por el golpismo, el mal llamado "fraude patriótico", la proscripción de partidos mayoritarios y el votoblanquismo masivo de protesta.
Ese 30 de octubre de 1983, verdadero día de domingo, el electorado argentino se pronunció rotundamente a favor de una muy diferida normalización definitiva de tan prolongadas irregularidades. Yo aún no votaba por entonces. Tenía 13 años. Mi padre, emocionado de poder votar por primera vez en una década, me llevó a su centro de votación. Era la primera vez en mi vida que presenciaba una elección nacional (mi edad me impedía tener recuerdos nítidos de los comicios de 1973). Primera vez tardía, si se recuerda la corta edad de los niños que acompañaban, en las elecciones del corriente año, a aquellos mayores suyos empadronados en la mesa presidida por quien suscribe, que procuraba hacer percibir a dichos infantes la trascendencia del acto electoral, que ellos mismos deberían llevar a cabo en el futuro.
Largo y tortuoso camino debería recorrer, en las siguientes décadas, la normalización de los componentes electorales y no electorales la vida nacional. Cuatro planteos militares y cívico-militares jalonarían los primeros siete años de la novel democracia. Políticas socioeconómicas erradas desembocarían en el alarmante "que se vayan todos" de 2001.
En la última década, la Argentina ha vuelto a ser justa consigo misma. A la normalización político-institucional se ha sumado la normalización socioeconómica. Los argentinos han visto mejorar su status económico-social. Y también su status cívico. Durante el corriente año, la implementación del régimen de primarias abiertas permitió que muchos argentinos sin filiación político-partidaria pudiesen elegir transparentemente los candidatos a los cargos a cubrir el pasado domingo, antaño designados por cuestionables convenciones e internas intrapartidarias, o, en el mejor de los casos, en internas abiertas signadas por un bajo índice de participación ciudadana.
El extinto general golpista Leopoldo Fortunato Galtieri dijo alguna vez: "Las urnas están bien guardadas". Le guste o no, habrá que usarlas, general.

Leopoldo Fortunato Galtieri asume como presidente de facto, el 22 de diciembre de 1981

Urna electoral argentina (2009)



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