martes, 18 de octubre de 2011

Paquetes humanos

Según ciertos medios periodísticos, los docentes de la localidad pampeana de General Pico decretaron un paro con movilización en repudio del ataque físico lanzado por una madre divorciada, sin custodia legal sobre sus vástagos, contra ciertos integrantes del personal de una escuela media local, que el hijo quinceañero de la agresora integra en calidad de alumno regular.

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Marcha contra la violencia escolar en General Pico (18/10/2011) 

No es esta la primera oportunidad en que me siento impelido, a pronunciarme,  en este joven espacio, sobre esas realidades, tan lamentablemente fehacientes. Lo hago desde mi propia experiencia, sin ánimo de tornarme narcisísticamente autorreferencial. Presencié situaciones similares durante mi azaroso bienio de labor docente en escuelas secundarias del gobierno bonaerense, habilitadas en el partido de Avellaneda, responsable del previsible desgaste psicoemocional que me impulsara a solicitar y obtener, muy a pesar mío, la primera licencia médica prolongada de mi breve historial docente.
La escuela pública argentina parece haber devenido en receptáculo de la podredumbre humana y depósito de niños y adolescentes sin capacidad de pago de escuela privada, como si, para un ítem tan esencial como el educativo, el más pobre fuera un paquete humano y el no tan pobre, un cliente potencial. Para muchos padres, los hijos parecen haber devenido en paquetes, las escuelas en depósitos y los docentes, en encargados de depósito. Como dijera Gabriel García Márquez al recorrer los países socialistas europeos de 1957, en todo ello parece haber una absoluta pérdida de la sensibilidad humana, como si la preocupación por la masa no permitiese ver al individuo. Y cuando digo individuo, no digo individualismo. Como me hiciera notar, hace ya muchos años, una muy querida ex docente mía del Profesorado, hoy fallecida, está bien no fomentar el individualismo; lo que no está bien es ignorar la individualidad del ser humano, cuyo reconocimiento no le impide vivir en comunidad.


Portada del libro De viaje por los países socialistas. 90 días tras la Cortina de Hierro, de Gabriel García Márquez

En la muy recomendable película argentina Derecho de familia, de 2005, de Daniel Burman, se dice, con esas u otras palabras, que, para una madre o padre, un hijo no puede ser un paquete que se lleve de acá para allá. Yo, actualmente hermano de una cuasi-madre, agrego que una madre o padre no debe concebir aberrantemente a su hijo como un paquete humano, sino como un ser humano requerido de afecto, atención y educación. El hijo mencionado en Derecho de familia es el niño de tres años concebido por el matrimonio ficticio exhibido en el film. Lo grave es que, en la actualidad, no sólo parecen recibir trato de paquete humano los niños de tres años, sino también los quinceañeros, a escasos tres años de su mayoría de edad.

 Eloy Burman y Daniel Hendler en Derecho de familia

Para ir redondeando, quisiera reproducir una anécdota referida por mi padre, cuyas actuales actividades médicas incluyen, como ya he dicho, la capacitación de mamis, mujeres con experiencia maternal, habitantes del partido bonaerense de Pilar y entrenadas como acompañantes de embarazadas en situación de alto riesgo socioambiental. Ayer, 17 de octubre, mis padres cumplían 45 años de casados y decidieron celebrar sus bodas de rubí con un paseo por el Delta. Al regresar al puerto de Tigre, mi padre  vio una embarazada, asistida por dos trabajadores sanitarios, arribados al puerto de Tigre en una ambulancia de la Municipalidad de San Fernando. La embarazada acababa de descender de una lancha de la Prefectura Naval, portando un prolijo bolso de parto y sin otro acompañante que el personal prefectorial. Sí, leyeron bien, sin otro acompañante. Esa mujer bien podría haber navegado dos horas en la lancha prefectorial, desde su isla del Delta, con riesgo de parir en el camino, sin nadie que la asistiese debidamente, excepto que estuviese destinada a una césarea programada. Los efectivos prefectoriales podrían haber sido las mamis de esa mujer isleña, sin el entrenamiento recibido por las acompañantes de embarazadas  del partido de Pilar.  




Se encuentra abierta la inscripción para marineros con título de obstetra. Enviar CV a PNA_destacamentotigre@......gov.ar

La mujer mencionada por mi padre parecía muy tranquila, pero Dios guarde a mi sobrino de nacer en tales condiciones. Mi sobrino no será Jesús de Nazaret, que pudo nacer en un pesebre porque era un ser excepcional.

El Nacimiento de Jesús, reproducido por un artista no identificable

Sí, evidentemente, los seres humanos debemos dejar de autoconceptuarnos a como paquetes vivientes, especialmente tratándose de niños, adolescentes, adultos mayores y personas con capacidades diferentes o en situación de riesgo socioambiental.  Insisto que mi sobrino, ya tan próximo a ver la luz, será muy afortunado de nacer a 40 cuadras de su casa, rodeado de su familia y en una ciudad con transporte público de todos los colores.




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